Conciliación y subcontratación

Hoy vengo hablar de un tema un poco menos maternal (¿o no?). Como ya sabéis, BuggyPapa y yo tenemos algunos problemillas para conciliar que estamos tratando de solventar. 

Uno de estos problemas, es que BuggyPapa trabaja bajo un régimen de subcontratación (o en su acepción fina, outsourcing). No sé si estáis familiarizados con este tema, pero la subcontratación (quizás la conozcáis también como externalización de servicios), consiste en que "una empresa contrata a otra para que realice determinados servicios, asignados originalmente a la primera" (definición de la RAE). 

El concepto no es malo en sí, y puede tener sentido en ciertas ocasiones. Por ejemplo, puede parecer lógico subcontratar las reformas de la sede de tu empresa a otra empresa que se dedique a la construcción. En este caso, se trata de un trabajo acotado en el tiempo, y que no forma parte de tu negocio, y es ahí, donde la subcontratación puede tener sentido.

El problema viene, cuando se pervierte esta función y se utiliza la subcontratación para evitar los costes laborales de los empleados. Es entonces cuando surgen empresas (conocidas comúnmente como cárnicas) cuya única labor es vender empleados como si fuesen mesas, sillas o impresoras. Es en este momento, cuando estos empleados pierden gran cantidad de los derechos laborales, y es también, cuando comienzan a producirse situaciones kafkianas en las oficinas: tenemos a dos personas haciendo el mismo trabajo pero que son de empresas distintas, con sueldos distintos, convenios distintos, etc.

Imagen de la película "Trabajo Basura"

Esto además produce una fractura entre los empleados de la propia empresa y los subcontratados, pues se dota a los primeros de ciertos privilegios que están vetados a los segundos: imaginad el clima de concordia que se crea…

Así, de base, los trabajadores subcontratados no pueden, por ejemplo, solicitar una reducción de jornada o una excedencia para el cuidado de hijos. No hablemos ya, si la trabajadora es mujer y se queda embarazada o solicita un permiso de lactancia… (Inciso: No es que la legislación no te ampare en tus derechos, pero claro, con las últimas modificaciones de la reforma laboral, la mayoría de los contratos tienen un periodo de prueba de un año, así que, dentro del primer año, no te tienen ni que despedir…). En estos casos, la empresa original compra a la empresa subcontratada un tío en jornada completa, para cubrir un horario determinado, y no tiene que preocuparse por los derechos laborales de esta persona (precisamente porque no es uno de sus empleados), que corren, supuestamente, de la cuenta de la empresa subcontratada. Y es para esto precisamente para lo que se utiliza la subcontratación; para anular derechos laborales.

Además, y cómo es obvio, en la mayoría de los casos se acaba incurriendo en una cesión ilegal de trabajadores (se explica perfectamente aquí), y para paliar esta situación, en lugar de romper con dicha cesión, lo que se hace es tratar de disgregar, cual castas indias, a los empleados por empresas, con medidas tan absurdas como dotarles de una extensión de correo diferente, hacerles llevar uniforme, no permitirles comer en los comedores de la empresa (o permitírselo a un precio mayor), separarlos mediante mamparas, etc.

En definitiva, sólo quería poner de manifiesto esta situación, que sufren muchísimos trabajadores y los efectos que tiene para ellos y para sus vidas personales.

Y vosotros, ¿sufrís la subcontratación? ¿La conocíais con anterioridad?

"El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento".

Victor Pauchet.

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