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Un jardín en casa (II)

09 septiembre 2014


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Fuente: Pixabay
Os contaba en el post anterior, que después de una búsqueda exhaustiva ya teníamos lo más importante para el cuidado del bichito y sus dos compañeros: una persona adecuada. Sin embargo, quedaba por concretar un tema no menor, la organización de la casita.

En principio, hemos decidido dividir el curso de forma que, durante el invierno estarán en casa de uno de los compañeros del bichito, y cuando llegue el buen tiempo, pueden venir a nuestra casa que tiene jardín y piscina. (Aunque esto lo iremos viendo en función de como vayan los niños).

En lo que se refiere a la distribución de los espacios y los materiales, nuestra nueva Mamá de Día nos ha dado muchas pautas y consejos. Para empezar, hemos despejado bastante las habitaciones para que los niños dispongan de suficiente espacio para moverse libremente y, además, hemos dividido los espacios separando un espacio para el juego, otro para en sueño, otro para la comida y un espacio al aire libre (esta casa dispone de un patio que vendrá fenomenal en invierno).

Además, todos los días, salvo que el tiempo sea muy malo o algún niño esté malito, saldrán al parque a jugar. Para nosotros es importante que todos los días disfruten del aire libre, el año pasado en la otra casita lo hacían, les encantaba y les venía fenomenal.

Un jardín en casa (I)

05 septiembre 2014


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Fuente: Pixabay
Os contaba hace unos días que necesitaba buscar una alternativa a mi Madre de Día. También relaté en su momento las bondades de esta iniciativa y he de decir que la experiencia ha sido maravillosa y que la recomiendo al cien por cien. Sin embargo, una de las desventajas que pueden tener estas iniciativas es la desaparición de la alternativa o el cambio de la misma, pues al desarrollarse en el domicilio particular de la Mama de Día, es habitual sus circunstancias personales modifiquen las condiciones de la misma. Y este ha sido nuestro caso y también el del resto de los niños que acudían a la casita.

El bichito tiene una preciosa relación con uno de los niños que acudía a la casita con ella, por eso, y una vez puestos en materia de buscar una alternativa, lo primero que decidimos es que ambos se mantuvieran juntos este nuevo curso de manera que se facilitara su adaptación a la nueva situación, y además, porque después de una año llevando juntos a nuestros hijos (y gracias al clima de apertura de la casita de nuestra Mama de Día), entre nosotros (los padres) también ha surgido una bonita amistad.

Madres de día

07 marzo 2014


14 comentarios:
red madres de día alternativa guardería
Logotipo de la asociación
"Red Madres de Día"
En el post anterior os contaba cómo fue nuestra andanza para conseguir alguien adecuado para el cuidado del bichito. Como comentaba, nuestra elección fue la de una Madre de Día, y me he dado cuenta de que hay muchas familias interesadas en este tema (ha generado mucha expectación). Espero que mi experiencia resuelva dudas y cumpla vuestras expectativas.

Para conocer en qué consisten exactamente, podéis hacerlo a través de la web de dos de sus asociaciones: Asociación Madres de Día y Red Madres de Día. En ellas encontrareis mucha información y las diferentes iniciativas existentes.

Esta figura está bastante extendida en otros países pero la verdad es que es poco conocida en España. Os cuento un poco mi visión.

Cuando toca separarse

04 marzo 2014


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separacion guarderia escuela
Portada del libro "¡No quiero ir a la escuela!".
Stephanie Blake. 
Al comienzo de mi embarazo, cuando me planteaba qué hacer con el bebé, pensaba juntar la típica triada: baja por maternidad, permiso de lactancia y vacaciones. En mi caso, esto suponía poder estar con mi hija hasta los 5 meses y medio aproximadamente. 

Conforme fue avanzando el embarazo, empecé a contemplar la posibilidad de solicitar una excedencia. “Por lo menos un mes, para poder darle lactancia materna exclusiva los 6 primeros meses con mayor facilidad…”, decía cuando me preguntaban.

Cuando nació el bichito, todo se resquebrajó. Iban pasando los meses y cada vez veía más claro que no podría separarme de mi hija tan pronto. Así, lo que iba a ser una excedencia de un mes, se convirtió en una de casi 6 meses (cuántas tardes me pasé cuadrando cuentas para conseguirlo, y aún hoy me arrepiento de no haber estrujado el dinero un poco más…), de forma que me incorporaría de nuevo al trabajo cuando el bichito tuviese 11 meses.